7 Septiembre 2012
Fuente de Información: Diario La Nueva Provincia – jueves 6 de septiembre 2012
DAVID ROLDAN
«La Nueva Provincia»
La cuenca del río Colorado podría soportar en el período 2012/13, uno de los peores ciclos hídricos de las últimas décadas.
Ello, como consecuencia de la repetición de un período extra seco, en materia de nevadas, en la alta montaña, donde tienen su origen sus dos principales afluentes, el Grande (70 por ciento de aportes) y el Barrancas (30 por ciento restante).
Este preocupante panorama sorprendió a la mayoría de los concurrentes a la jornada sobre la situación de la cuenca del río Colorado, llevada a cabo en la Villa Casa de Piedra.
El encuentro contó con la presencia de autoridades del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco), así como de un numeroso grupo (más de 70 asistentes) de representantes de todas las provincias ribereñas, productores agropecuarios, miembros de entidades productoras, técnicos y público en general.
Si bien el pronóstico definitivo aún no ha sido elaborado, los registros tomados en Valle Hermoso, zona de nacientes del Grande, estarían dando valores similares o menores a los del período 2010/11, el más bajo de esta década.
«Claro que el panorama es mucho más crítico en el Pehuenche, cerca del Barrancas», aseguró el ingeniero Juan Perl, gerente técnico de Coirco.
Puntualizó que el registro máximo en aquella ocasión había sido de 447 milímetros, contra 248 de los últimos días.
«Hoy por hoy, tenemos que manejarnos con estos datos y si es menor el volumen de nieve acumulada, deberíamos aumentar las restricciones y tratar de mejorar la eficiencia en los consumos», acotó el ingeniero Fernando Andrés, de la misma gerencia.
Esta realidad, inclusive, contrasta con los pronósticos de algunos meteorólogos, que sostenían, meses atrás, que la influencia de «El Niño», podría revertir la tendencia seca que se evidenció en los pasados cinco años.
Claro que no fue así y los efectos pueden ser más nocivos, en virtud de que encontrarán al reservorio de Casa de Piedra seriamente deprimido.
Tengamos en cuenta estos datos que constituyen un claro ejemplo de lo que ha ocurrido: en el período 2005/06 el aporte para la cuenca fue de 7.800 metros hectómetros cúbicos en 2006/07, de 6.862 hectómetros cúbicos, en ambos casos por encima de la media.
A partir de aquí decayeron los escurrimientos: en 2007/08 fue de 3.701 hectómetros cúbicos; en 2008/09, de 4.490; en 2009/2010, de 4.544, para caer en 2010/11 a 2.664 y subir apenas en 2011/12 a 2.940 hectómetros cúbicos.
Todo esto hizo que en ese lapso, el nivel del lago Casa de Piedra perdiera m s de 7 metros, llegando a alturas que sólo tenían como antecedente la década del 90, cuando comenzó el llenado, tras el cierre de la presa.
«No fue fácil garantizar todos los usos, aunque si se logró fue por obra del consenso que se tuvo entre todos los sectores involucrados con la cuenca, particularmente aquellos situados aguas abajo del dique», coincidieron en señalar Perl y Andrés.
Admitieron, también, que sin la presencia de este embalse, por efecto de la crisis de los últimos años seguramente de los diez meses de riego que habitualmente se dan, apenas, se hubieran podido cubrirse dos o tres.
Otro aspecto que favoreció los resultados hasta aquí logrados es que la cuenca se viene manejando con el suficiente dinamismo como para, frente a las variables que se presentan, provocar las modificaciones necesarias, de un día para el otro.
«Si teníamos previsto aumentar la erogación, en función de la época y una buena lluvia benefició a los valles irrigados, probablemente posterguemos esa determinación, permitiéndonos reservar un poco más de agua», se explicitó.
La menor dotación al valle bonaerense de Corfo también significó un aporte para la recuperación, así como la decisión de dejar en el mínimo histórico el caudal ecológico del río.
Fueron 20 metros cúbicos desde que se produjo el cierre de las compuertas en Casa de Piedra hasta mediados de julio, con lo que el nivel del lago sumó 1,80 metros que, seguramente, se perderán en el período que media hasta que comiencen los deshielos.
Así fue que la cota del 23 de abril pasado, de tan solo 273,39 metros sobre el nivel del mar, subió hasta poco más de 275 metros, para después comenzar a perder centímetros, como consecuencia de que es más lo que sale que lo que entra al lago.
En ese lapso dejaron de funcionar las dos turbinas existentes en la central, que sólo produjeron 1 megavatio, suficiente para mantener las necesidades energéticas de la villa y de otras zonas aledañas.
La primera parte de las jornadas estuvo reservada a la exposición de los ingenieros Juan Perl y Fernando Andrés, quienes sintetizaron el accionar del Coirco en estos 35 años de vida.
También hicieron hincapié en la trascendencia que ha tenido la obra Casa de Piedra para regular el río y hablaron de las posibilidades que sumar Portezuelo del Viento, sobre el río Grande.
En el ciclo 1982/85 había 83.244 hectáreas en producción en la cuenca. En 30 años se sumaron otras 89.000, según dijeron, puntualizando que el manejo de aguas desde Casa de Piedra posibilitó asegurar los caudales necesarios para los nuevos emprendimientos.
También resaltaron el accionar dinámico que tiene el comité que integra a Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires y que permite decisiones rápidas en función de posibilidades y necesidades.
Finalmente, mostraron su preocupación por la reiteración de estos ciclos magros que pueden llevar al nivel del lago Casa de Piedra a valores impensados.
La bienvenida al encuentro en la villa estuvo a cargo de Alberto Ramón Campos, delegado organizador de la comuna de Casa de Piedra.
A continuación hizo lo propio el secretario de Recursos Hídricos de La Pampa, en nombre de la provincia anfitriona.
El ingeniero Néstor Lastiri destacó la trascendencia de un encuentro de este tipo y abogó por la repetición de estas jornadas en esa misma villa.
Después habló de la necesidad de fortalecer el accionar del Coirco.
Finalmente el ingeniero Miguel Boyero remarcó el privilegio de sesionar en un marco de singular belleza, puntualizó la necesidad de manejar responsablemente el agua para que no le falte a nadie y pidió a los presentes que se transformen en multiplicadores de la información brindada.
La jornada sirvió, también, para hablar de la planificación territorial de la cuenca, del proyecto del acueducto desde el río Colorado a Bahía Blanca, del control de las actividades hidrocarburíferas y mineras y de la delimitación de áreas de riesgo.
«Es necesario que mejore la eficiencia»
El ingeniero Marcos Aragón, gerente técnico de Corfo Río Colorado, se mostró «consciente de que esta crisis ha llegado para quedarse por un tiempo», admitiendo que, si bien Portezuelo del Viento constituirá otro dique que permitirá regular y almacenar, aun queda mucho tiempo para que la obra se haga.
«Como zona de riego nos esperan etapas muy difíciles», reflexionó.
Esto ha hecho que, según dijo, se insista en trabajar en consenso con los productores, viendo cómo se aplican las restricciones y luego cómo se trabaja en procura de una mayor eficiencia.
«Somos conscientes de que constituimos los principales consumidores de agua de la cuenca, pero también que Coirco es una herramienta fundamental para el manejo», apuntó.
Actualmente hay 1.400 productores en el área de riego del sur bonaerense.
Allí, en los primeros años se derivaron 1.000 hectómetros cúbicos, durante la sequía de 2008/09 se llegó a 2.000 hectómetros cúbicos, para bajar posteriormente.
«No podemos pedir más agua», dijo Aragón, por lo que admitió que la zona debe trabajar distinto a lo hecho en los últimos 25 o 30 años.
«Todo el desarrollo se hizo en función de hacer más canales, ampliarlos y derivar más caudales. Ya llegamos al límite. Hoy debemos regar más hectáreas con lo mismo», dijo.
Aragón anticipó que este año se repetirán las restricciones establecidas en los últimos dos períodos, que fueron, en promedio, del 10 por ciento, en 2010/11, y de un 20 por ciento, en 2011/12.
Específicamente se achicará la dotación un 15 por ciento en primavera, 10 a 12 por ciento en verano, que es cuando demandan más los cultivos estacionales y andará en el 15 por ciento en otoño.
Esto, seguramente, volverá a obligar a reducir superficies y caerá la rentabilidad de algunos cultivos.
Otro tema planteado y que preocupa es el aumento de los tenores salinos, ya que en los años de menor derrame, crecen los índices, hasta llegar al 40 o 50 por ciento más de los valores que eran normales.
Aragón admitió que se venían regando en Corfo unas 140 mil hectáreas.
Si bien aun no se entregó la encuesta que hace la Universidad Nacional del Sur es probable que en el último período haya bajado un 10 por ciento el área cubierta y que vuelva a perder otro tanto en el ciclo que ha comenzado.
«Muchos productores se están yendo a sembrar cebolla y girasol a otras zonas como el valle inferior del río Negro (Idevi) y General Conesa», resaltó el gerente técnico de Corfo.
David Roldán LNP
Fuente La Nueva Provincia
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